Los hornos y estufas mal calibradas, los braseros o calefones instalados con tirajes inadecuados, como así también los gases de escape de motores a explosión son los mayores productores de este gas.
Una vez inhalado, el gas ingresa al organismo a través de los pulmones, pasa a la sangre donde ocupa el lugar del oxígeno en los glóbulos rojos. De esta manera reduce la capacidad de la sangre para transportar oxígeno hacia los tejidos. Esta falta de oxígeno afecta principalmente al cerebro y corazón.
La intoxicación provoca síntomas como dolor de cabeza, mareo, debilidad, náuseas, vómitos, somnolencia, pérdida de conocimiento y/o convulsiones, palpitaciones, dolor de pecho en enfermos cardíacos, hasta puede ocasionar la muerte.
Para prevenir este tipo de intoxicación es importante que los artefactos domésticos que consumen combustible estén debidamente instalados y sean debidamente mantenidos y operados. También es necesario que las chimeneas del hogar y sus tiros sean inspeccionados y se limpien todos los años. Dichos artefactos deben evacuar sus gases al exterior mediante una abertura permanente. Es muy importante mantener bien ventilada la casa.
Además los calentadores de ambiente que consumen combustible sin salida de ventilación, deben usarse solamente cuando haya una persona despierta para vigilarlos y dejando alguna ventana abierta para que corra un poco de aire.
En vehículos, los sistemas de escape deben ser inspeccionados regularmente y no se debe encender un vehículo motorizado, máquina de lavado a presión o motor de gasolina en un lugar cerrado.
Además, es importante nunca usar las hornallas y el horno de una cocina de gas para calentar la casa, tampoco una parrilla de carbón, lámpara o cocina de campamento portátil.
Ante un caso de intoxicación es necesario salir afuera de la casa y respirar aire fresco inmediatamente. Para auxiliar a otra persona ayúdela a salir al exterior de la vivienda, y si está inconsciente recuéstela de costado y llame a un servicio de emergencias médicas. Abra y ventile lo antes posible el lugar y apague la fuente de monóxido, sólo si lo hace sin correr riesgos.
Ante cualquier duda, se debe consultar a la brevedad a su médico, hospital o centro de salud más cercano.